El acto de escribir es único y personal en cada individuo, no existiendo dos textos o firmas exactamente iguales, pues si se da este supuesto, uno de ellos no es genuino sino que ha sido falsificado por calco.-
Del mismo modo que distintas personas escriben y firman de distintas maneras, una misma persona nunca reproduce similares formas y estructuras caligráficas, ya que continuamente se ve sometida a factores físicos y psíquicos que pueden manifestarse externa e internamente, produciendo modificaciones en sus rasgos constitutivos o morfológicos; sin embargo pese a ello, conservará constante los gestos gráficos o automatismos personales considerados como propios.-
El automatismo personal se ha definido como el “el elemento gráfico que apartándose de las normas caligráficas correspondientes permanece constante en una escritura espontánea”. Esto significa que por más que una persona cambie determinadas formas caligráficas en su escritura, siempre quedará impreso su gesto gráfico personal.-
Las diferencias formales y circunstanciales entre dos textos o dos firmas de un mismo autor, han sido científicamente calificadas como alternativas o variantes naturales del trazado; este precepto significa que un individuo nunca firma y escribe de la misma manera formal ya que existen variaciones naturales más o menos acusadas de acuerdo a enfermedades físicas permanentes o transitorias, las características internas y externas del elemento escritor utilizado, el estado de ánimo de acuerdo a la importancia del documento a firmar; variaciones éstas que pueden alterar las características superficiales del texto o de una firma.-
Dentro del amplio campo que abarca la casuística pericial, el perito puede hallarse frente a documentos escritos y firmados por un mismo individuo o, aquellos redactados por una persona y signados por otra.-
En el segundo caso pueden ser consideradas variadas opciones: en primer lugar, que el individuo firmante presente algún impedimento físico que no le permita escribir el texto que compone el documento y lo limite a firmar al pié del escrito de otra persona, otorgando de éste modo su conformidad con lo expresado en el texto.
En segundo lugar podemos encontrarnos con un caso “in extremis”, donde una persona redacta el texto escrito y otro individuo es intimado firmar su conformidad.
U otro caso, es el que engloba al denominado abuso de firma en blanco, donde una persona asienta firma un documento en libre de escritura, y luego el documento es rellenado por otra persona.
Todo ello compone parte la miscelánea pericial a la que se enfrenta el experto día a día, la cual es resuelta con un análisis exhaustivo y minucioso de todos los elementos ofrecidos para el cotejo.
Se debe tener siempre presente, uno de los principios pilares de esta disciplina: “se coteja lo cotejable y se desecha lo diametralmente opuesto”. Es por ello, que al efectuar las operaciones que darán como resultado las conclusiones de la pericia, solamente se pueden cotejar firmas con firmas, escritura con escritura, salvo que la firma sea legible, y asimismo en cada caso particular, la escritura individual y las características que la personalizan.
Para ello se utiliza como método, la comparación o cotejo entre el documento dubitado y otro u otros indubitados, que se pueden obtener con la confección cuerpos de escritura de la persona que niega o afirma la grafía en estudio, o bien con escritos inmediatamente anteriores o posteriores a la época atribuida a la dudosa, en donde se verifiquen abundantes elementos de análisis.-
A los fines de conocer las características individuales de la escritura, tanto dubitada como indubitada, el perito inicia su trabajo de forma deductiva, es decir, de lo general a lo particular, desde el soporte que contiene al escrito (papel), siguiendo con la palabra escrita en sí, haciendo uso de técnicas que van desde lo más simple, que son las técnicas de observación física del documento ya sea con material óptico y fotográfico de distintos aumentos y/o lumínico de distintos espectros e intensidades, hasta las más complejas, queson en su mayoría exámenes químicos. -
Según Solange Pellat, las leyes que rigen la escritura son las siguientes:
Primera Ley: el gesto gráfico esta bajo inmediata influencia del cerebro; esto indica que los automatismos personales de la escritura no dependen del sistema muscular, sino que los gestos se encuentran regidos por las órdenes inconscientes emitidas por el órgano rector o cerebro.-
Segunda Ley: el automatismo personal de la escritura es un acto espontáneo del escribiente. Cuando se escribe, el Yo está en acción, pero el sentimiento casi inconsciente de esta acción pasa por alternativas continuas de intensidad y debilitamiento, máximo de intensidad en comienzo, mínimo en los finales.-
Tercera Ley: No se puede modificar voluntariamente en un momento dado la escritura manual, más que dejando en su trazado la señal del esfuerzo realizado para conseguir el cambio.-
Según el Principio de Saudek, “nadie es capaz de fingir al mismo tiempo estos cinco elementos del grafismo: riqueza y variedad de formas, dimensión, enlaces, inclinación y presión”. Este principio, viene a ser el reconocimiento de la impotencia de la lucha del inconsciente contra el subconsciente para imitar, o esconder las constantes gráficas de un sujeto.-
4.2 FUNDAMENTOS EMPÍRICOS DE LAS FIRMAS.-
La firma es la forma gráfica que una persona elige para identificarse ante los demás, su trazado es ejecutado de forma prácticamente inconsciente, automática, sin indecisiones ni titubeos, lo que le confiere dinamismo y espontaneidad.-
En el momento en que un falsario intenta imitar la firma, cometerá fallos a lo largo de su ejecución que manifestarán temblores, dudas, reenganches, que conllevarán a la manifestación de discordancias de presión y trazado propias de las imitaciones serviles.-
● Aunque existen diversos métodos de cotejo grafoscópico, a título personal entendemos más fiable el cotejo de las grafías a un doble nivel: el de los elementos estructurales o morfología general de conjunto, por una parte; y, de otra, el de los habitualismos gráficos o gestos tipo del autor. Son éstos, los gestos tipo, una serie de modismos escritúrales que, por evolución y más allá del modelo caligráfico aprendido, impregnan los escritos de todo individuo diferenciándolos de los de cualquier otra persona. Su origen psicomotor y su automatismo, frutos del hábito y la asunción por el subconsciente, les hace muy difíciles de omitir y de imitar en la expresión gráfica, aunque así se pretenda. Esto que se afirma respecto de la escritura en general, adquiere capital importancia cuando lo que se considera es la firma.-
Una vez establecida la firma, la persona tiene voluntad de mantenerla similar al modelo elegido; sin embargo, la actividad gráfica signatriz del individuo puede sufrir la influencia de una serie de factores que provocan notables modificaciones.-
Las firmas, una vez asumidas, pueden sufrir modificaciones que podrían clasificarse en: normales o naturales y fraudulentas.-
Las modificaciones normales o naturales son todas aquellas que se producen independientemente de la voluntad de su autor. Pueden ser causadas por razones personales (enfermedad, senilidad, embriaguez, drogodependencia, estado anímico, etc.); por razones materiales (útil escritural, papel, soporte); por razones circunstanciales (firmar de pie, acostado, con la mano no diestra, ante notario, a presencia judicial, etc.); por razones laborales (tener varias firmas: completa, media firma y visé); y por la evolución de la firma por transcurso del tiempo (cada cinco años aproximadamente las firmas pierden, ganan o modifican algunos trazos).-
Sobre las firmas fraudulentas hablaremos más adelante.-
También en general, podemos reunir las firmas falsas en base a cuatro tipos básicos de falsificaciones:
1º). Firmas arbitrarias: En ellas el falsario, que ni siquiera conoce la firma real de la persona a quien pretende suplantar, realiza a su libre albedrío una serie de grafías que en nada se parecerán a la firma auténtica; y cuyo resultado, en función de la mayor o menor complejidad del trazado que haya "inventado" la primera vez, le resultará inclusive difícil de conseguir si lo intenta de nuevo.-
2º). Firmas falsas por imitación servil: En este tipo de firmas el falsario, que solapa por completo su personalidad escritural al proceder sin espontaneidad, "dibuja" la firma auténtica a partir de un modelo a la vista. La falta de automatismo y la lentitud del trazo para conseguir un resultado lo más parecido posible al modelo, le hará caer en temblores, torsiones, paradas innecesarias, reenganches, superposición de trazos, brisados, dudas, descargas anormales de tinta, etc., que ya comentamos con anterioridad.-
3º). Firmas falsas memorizadas y ejercitadas: Estas firmas son el resultado de un falsario que conoce sobradamente la firma a imitar por desenvolverse en el entorno de su propietario, o bien ha dedicado tiempo a practicar la imitación sobre modelos auténticos, hasta conseguir una firma que ofrezca similitud morfológica con la auténtica. Estas firmas no ofrecen los rasgos primarios de falsedad que se apuntaron en el apartado anterior; pero con independencia de que consiga el falsario imitar la morfología, no conseguirá plasmar los rasgos idiosincrásico ni los habitualismos gráficos del propietario de la firma; e inclusive esa velocidad puede convertirse en su principal delator y hacerle deslizar en el resultado sus propios habitualismos.-
4º). Modificaciones fraudulentas de la propia firma o "autofalsificaciones": Este tipo de firmas no son en realidad falsas, sino más bien auténticas modificadas de propósito, con lo que el autor pretenderá en su momento no asumir la responsabilidad o compromiso a que se obliga. Ocurre en definitiva cuando el titular de la firma ha decidido modificar el modelo auténtico con intención maliciosa. Dichas modificaciones pueden ser; parciales y totales.-
En las modificaciones fraudulentas parciales el titular modifica la firma intencionadamente, pero sólo en parte. En esta hipótesis, la modificación puede efectuarse añadiendo, omitiendo o cambiando desarrollos con respecto a la firma auténtica.-
Conviene señalar que las personas que tienen intención de cometer un fraude luchan contra el subconsciente y pretenden que éste no influya en la escritura. No obstante, en todos los conflictos entre el consciente y el subconsciente siempre vencerá el último, debido al automatismo que engendra. Por ello, se observa que aquellos que modifican parcialmente su firma se esfuerzan por cambiar solamente una parte de ésta, dejando el resto de los elementos gráficos como testigos mudos, pero reveladores, del esfuerzo realizado para modificar la firma original. La rapidez en la ejecución constituirá un obstáculo casi insuperable para quien intente modificar su firma ya que, cuanto más despacio se ejecute una firma, más oportunidades se tendrán de lograr una modificación significativa; pero si se la hace con celeridad, el subconsciente impondrá la única que conoce: la auténtica.-
Aquellos que realizan firmas parcialmente deformadas tienen intención de utilizar el siguiente argumento: "Esta no es mi firma, porque posee ciertos trazos diferentes de los míos; yo nunca ejecuto esos desenvolvimientos ¡tan raros!, ¡sin duda es falsa!". Pero, si analizamos bien, se sacará a la luz la inconsistencia de este argumento. Cualquier falsario imita lo mejor que puede la firma auténtica que le sirve de modelo, tendiendo a la perfección. Algunos la imitan bien y otros mal, pero el objetivo del falsario consiste en reproducir lo más fielmente posible y en sorprender a los demás haciéndoles creer que esa firma es la del titular. En resumen: "el titular de la firma modifica, mientras que el falsario imita".-