Colocados ante una escritura, dispuestos a extraer de ella un estudio grafológico, dividamos de antemano nuestra labor: examinemos primero los detalles y establezcamos después una visión de conjunto. Del equilibrio consecuente, con moderación y tacto, redactemos la deducción.

Debajo mostramos el escrito parcial y los rasgos peculiares extraídos que nos dan información para su interpretación.

Este escrito corresponde a una persona culta, observadora, con grandes deseos de claridad a la que le preocupa la forma.

Posee una memoria visual y capacidad para asimilar cultura y erudición. Reflexivo y prudente, mantiene el equilibrio entre razón y sentimiento, procurando el predominio de la primera.

        Tiene una gran sensibilidad, delicadeza y y buen sentido auditivo. Es intuitivo y habilidoso a la hora de poner los medios para alcanzar sus objetivos. Es constante, manteniendo la atención en los trabajos que requieren esfuerzo mental.

        Existe tendencia a la introversión, aunque se muestra cordial y simpático con los demás.

Es ambicioso y confía en el porvenir y en sus propias fuerzas.

Existe regularidad en el trabajo, con dinamismo, sacándole el máximo provecho con el mínimo esfuerzo.

Tiene deseos de mejorar y superarse, y manifiesta una cierta insatisfacción por su situación actual.

Hábil para defender sus intereses, trata de vivir las cosas por anticipado. Mantiene sus ideas con discreción, con una actitud defensiva y cerrado frente a extraños.

Le importa las críticas, lo que los demás piensen de él, y desea tener importancia social, buscando realizarse e influir en los demás.